Infinitos escalones
Es extraño como el tiempo se desvanece en los sueños, como los años pueden pasar entre un fragmento de una noche y otra y descubrir continuidad dentro del mismo sueño. Soñar es como subir una escalera en espiral de infinitos escalones, pasar por infinitos pisos y encontrar en cada uno de ellos algunos indicios de los anteriores.
Y entre más subimos, más elementos arrastramos a los pisos superiores, traemos objetos extraños a esta infinidad de pisos y los apilamos para crear distintos escenarios, vivir distintas historias, deleitarnos, o aterrarnos, con nuestra capacidad imaginativa cada noche.
Dicen que el mundo de los sueños es una dimensión diferente a la que viajamos cada día y cuyas experiencias desaparecen en las primeras horas de la mañana cuando la realidad de este mundo desvanece los vivos colores de la noche.
Y la mañana nos llena una pequeña angustia, la de no saber qué hicimos en esas horas en el mundo que solo dormidos podemos alcanzar.